Super-profes: comodines multiusos para todo


11 Ene, 2018

Jurista, enfermero, mediador de conflictos, psicólogo, bibliotecario, conserje, guardia de seguridad, administrativo, contable, encargado de suministros, tutor, experto en prevención de riesgos laborales, animador sociocultural, asistente social, informático…

Como si de una navaja suiza se tratara, estos son los desempeños diarios los 11.000 maestros y profesores del Principado, de modo que la verdadera tarea, la docente, queda relegada y diluida, no se garantiza el derecho constitucional a la educación y se mutila la formación, el futuro de nuestros jóvenes.

¿Es esto lo que la sociedad quiere? ¿Tener a profesionales muy cualificados desempeñando tareas impropias?

Tenemos claro que sí es lo que la Administración quiere, y aplica, porque se ahorra unos buenos cuartos a costa unos profesionales hastiados de burocracia y tareas no docentes, sólo incentivados por su vocación, que no por el sueldo, el más bajo de España, a lo que se añade el bofetón de desprecio que supone abrir el 2º nivel de carrera profesional para todo los empleados del Principado excepto para los docentes, a la par que se mantiene para ellos la carga horaria de trabajo más onerosa del panorama docente nacional.

Para ser buen docente hay que ser buena persona, razón que justifica que el profesorado, por puro voluntarismo, se preocupe por las necesidades humanas de los alumnos, asumiendo en relación con las mismas funciones que no le competen.

El panorama es desolador, porque de seguir con esta dinámica, la escuela habrá dejado de ser el lugar integrador en el que se forman e instruyen los ciudadanos del mañana, para convertirse en un mero lugar de recogimiento de nuestros niños y jóvenes, y todo por un criterio economicista al evitar la contratación de especialistas en cada materia, siendo la peor parada la enseñanza pública, precisamente la que debería asegurar la igualdad de oportunidades.

ANPE, como sindicato profesional de docentes, advierte que de no alcanzarse un Pacto de Estado por la Educación y, dentro de él, un Estatuto Docente que regule desde el acceso hasta la jubilación, la formación inicial y permanente del profesorado, la carrera profesional, las enfermedades profesionales o el catálogo de tareas docentes,  entre otros aspectos, seguiremos sufriendo los abusos de nuestros próceres, a quienes se les llena la boca de promesas y actuaciones en favor de la enseñanza, reiteradamente desmentidas por sus actos y por los varapalos judiciales.

ANPE es un sindicato exclusivamente de docentes, que defiende la puridad de nuestra profesión. Evidentemente la sociedad ha evolucionado y los niños responden hoy a una realidad y parámetros familiares distintos a los tradicionales. También sus necesidades son otras, posiblemente. Pero todas esas necesidades están socialmente cubiertas por profesionales cualificados en cada materia. Pretender que el maestro sepa y asuma todo no es lícito, ni prudente.