Resaltamos de cara al Día de Canarias el trabajo del profesorado del Archipiélago para inculcar el valor histórico e identitario de la canariedad. Pasado el último domingo electoral, y a la espera de conformar los distintos ejecutivos, entendemos que esta confianza depositada en sus manos debería reflejarse en los próximos presupuestos, ya que no estamos hablando de exigencias sobrevenidas, sino de lo que se pactó en la Ley Canaria de Educación para llegar al 5% de nuestro PIB en 2022.
Según hemos reiterado durante la campaña política como aviso a navegantes, la educación supone un pilar básico de mejora de derechos para el futuro de nuestra sociedad canaria y solamente esto ya indica una apuesta por lo nuestro. Como es sabido, la cita de miles de niños con sus tradiciones y su historia depende en esta semana del trabajo de los docentes en los centros de enseñanza pública, por lo que nos gustaría que esta voluntad de apostar por nuestra cultura no se quedara en una declaración de intenciones, en una emotiva imagen de lo mucho que se hace en nuestros colegios públicos; sino que se avanzara hasta la rigurosidad de quien sabe que sin apoyo real no se puede garantizar la calidad que deseamos brindar a la sociedad.
En este día, son muchos los que tratan de describir en pocas palabras, desde su frente profesional, qué nos define como canarios de ocho islas diferentes en un solo sentir. Reconocemos que la realidad no es tan poética porque en los servicios públicos la diversidad limita o amplía las posibilidades de cada niño; no obstante, creemos que, con la garantía de unos buenos servicios y de profesionales al servicio de los demás, podemos conseguir que nuestras diferencias comiencen a desaparecer, sin que sea necesario recurrir a eufemismos para designarlas.
